
El once de marzo de 2008, sin ofrecer ninguna clase de explicación, las autoridades sellaron y aislaron un edificio en Los Ángeles, California. Los residentes desaparecieron sin dejar huella. Sin detalles. Sin testigos. Sin evidencia. Hasta ahora...
Para cumplir con los requisitos de un reality show acerca de la gente que trabaja mientras el resto del mundo duerme, la reportera Angela Vidal (Jennifer Carpenter) y su camarógrafo, Scott (Steve Harris), deben cubrir la jornada nocturna de un par de bomberos. Tras unas cuantas horas más bien aburridas, una llamada de socorro al 911 los conduce a un complejo de apartamentos en pleno centro de la ciudad. La policía se encuentra ya en la escena a causa de los espeluznantes gritos provenientes de un departamento en el tercer piso. Conscientes de que por fin han tropezado con una historia potencialmente trascendente, Angela y Scott se muestran decididos a capturarlo todo en video. Tras adentrarse en el complejo de apartamentos con el propósito de realizar una investigación, el equipo encuentra a una anciana en camisón, sola y de pie en la oscuridad. Está cubierta de sangre y su respiración es rasposa y entrecortada. Pareciera que está enferma. Pero cuando un policía se le aproxima a fin de ayudarla, ella lo ataca... con los dientes.